El sexting es el envío o recepción de imágenes, videos o mensajes sexualmente explícitos a través de medios tecnológicos. La finalidad, en consentimiento, es la de seducir a otra persona, o bien, compartir una experiencia diferente en la pareja.
Ocho de cada diez personas sexteó alguna vez. Esta actividad era una de las más recomendadas en los tiempos de cuarentena, ya que permitía la exploración del placer sin el intercambio corporal.
El Observatorio de Derecho Informático Argentino (O.D.I.A) y MINKA, ambas ONG vinculadas a los derechos humanos, realizaron un estudio para determinar cuántas personas sextean.
La encuesta se realizó a 494 personas de hasta 40 años, procedentes mayormente de Ciudad, provincia de Buenos Aires y Córdoba. El 41% de las personas respondieron que sí experimentaron el sexteo, sin embargo, un 83% de las personas afirmó haber enviado, al menos una vez, una foto erótica o de contenido sexual.
Es importante que a la hora de hacerlo seamos conscientes y responsables de con quién lo hacemos y por qué. Si sexteás con alguien que recién estás empezando a conocer, puede ser contraproducente, ya que puede generar expectativas del encuentro que pueden no cumplirse.
Por eso, es vital que se generen espacio de comodidad, respeto y confianza para aprovechar todos los beneficios del sexting. Su práctica promete mejorar y reforzar la pareja, como también, aumentar la autoestima de quien lo realiza.
Si hay un ambiente de comodidad y confianza, se logrará mejorar la gratificación sexual. Ya que se genera un espacio para hablar sobre qué genera placer, tanto recibiendo como dándolo. A veces, por pudor, es más fácil poder expresarlo por teléfono que en persona.
Asimismo, este espacio propicia fantasías. Permite que se puedan comunicar los deseos más íntimos para poder en algún momento poder realizarlo.
Contar los deseos más íntimos a la pareja genera aumento de confianza, complicidad y mejora en la actividad sexual. La “previa” telefónica, brinda mayor expectativa en el encuentro sexual y una comunicación fluida sobre los deseos.
Pero hay ciertos peligros por compartir imágenes personales íntimas, puede haber riesgo de difamación, chantaje y exposición en redes. Esta extorsión es conocida como “porno venganza”, según el código penal.
Para evitarlo, tomá los siguientes recaudos ya sea con tu pareja de toda la vida o con quién quieras disfrutar de un buen momento:
– Envía fotos espontáneas (de corta duración).
– No muestres tu cara en las fotos.
– Una vez finalizada la conversación puedes eliminar las fotos para evitar que se guarden en galería (aunque al compartirla ya pierdes el control).