Las autoridades de salud están instando a todos, residentes y visitantes, a vacunarse, la mejor manera de alejar el virus del organismo.
La comisionada de salud del estado, la doctora Mary Bassett, dijo que es algo “alarmante pero no preocupante”. Pero remarcó que los neoyorquinos tienen acceso a las vacunas “para evitar el contagio y las peores consecuencias de la polio, como la parálisis e incluso al muerte”.
Según datos del Departamento de Salud, el 86.2% de los niños de la ciudad de entre 6 meses y 5 años tienen las tres dosis de la vacuna contra la polio. Manhattan tiene la tasa más alta, 91%, mientras que Staten Island tiene la más baja, 81.7%.
Las aguas residuales son las que liberan las viviendas, negocios y fábricas, luego de diferentes usos, como el lavado de platos, al bañarse o utilizar el baño. Luego, el agua residual pasa a las alcantarillas, ya sea construidas por el propietario de la casa, o una instalación de alcantarillado instalada por el municipio.
Es en el sedimiento de estas aguas en donde se ha hallado el virus que causa COVID-19, y ahora el de la polio. También se buscan otros virus, un tipo de detección que permite saber si un virus está circulando en una comunidad.
A fines de julio se detectó un caso de polio en la comunidad del condado de Rockland, al norte de Nueva York, un hombre de 20 años que no estaba vacunado.
Esta persona había viajado recientemente a Hungría y Polonia, en donde el virus sigue circulando. La polio ha sido erradicada de gran parte del mundo gracias a las campañas de inmunización que comenzaron en la década de los 50.
En la región de Europa donde estuvo la persona afectada todavía se utiliza la vacuna con virus vivo, que no se usa en los Estados Unidos desde el 2000. La vacuna es segura, pero un individuo no vacunado puede infectarse si el virus vivo de la vacuna circula por la comunidad, informaron oficiales de salud. Esta puede haber sido la razón de este contagio.