“China es una potencia global cada vez más disruptiva”, sostuvo la ministra de Relaciones Exteriores canadiense, Melanie Joly. “Busca moldear el escenario global a uno más permisivo para intereses y valores que se apartan cada vez más de los nuestros”, alegó.
“Y el ascenso de China como actor global está cambiando la perspectiva estratégica de todos los estados de la región, incluido Canadá”, agregó.
Al presentar un resumen de la nueva hoja de ruta política de Ottawa, que se publicará en las próximas semanas, Joly dijo que será fundamental expandir las relaciones con India y otros países de la región, así como con Taiwán.
Joly no desalentó un mayor comercio con China -hoy el segundo mayor socio comercial de Canadá-, a pesar de las tensas relaciones diplomáticas. Pero advirtió a las empresas canadienses que “deben tener los ojos abiertos” para hacer negocios en y con China.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, denunció esta semana los “juegos agresivos” que, según dijo, China está jugando con la democracia e instituciones canadienses.
Las relaciones bilaterales se deterioraron tras el arrresto de una ejecutiva de Huawei en Canadá en 2018 y la detención de dos canadienses por parte de Pekín en aparente represalia. Los tres fueron liberados el año pasado en acuerdo con fiscales estadounidenses.
Joly prometió que Ottawa seguirá denunciando el trato de China a los uigures y otras minorías, la represión de la libertad de expresión en Hong Kong, las amenazas militares contra Taiwán y cualquier movimiento para restringir los derechos de navegación internacional en la región.
También destacó la creciente presencia militar canadiense en el Pacífico y que aumentará el personal en sus embajadas para analizar los impactos de las políticas y acciones de China.