Con la creciente conciencia sobre el poder de la naturaleza para nutrir y curar, es momento de sumergirse en este fascinante universo de alternativas terapéuticas que prometen mejorar nuestra calidad de vida, siempre y cuando sea bajo la supervisión de un médico.
Esta vez nos enfocaremos en papaya. Este alimento es fresco, de textura suave y versátil que se lo puede consumir de múltiples maneras. Además, entre sus ventajas, se destaca que podría llegar a reducir el desarrollo de enfermedades cardíacas, de la presión arterial y de la diabetes.
Natalia Antar, nutricionista del Hospital Británico de Buenos Aires (M.N.: 8271), recomienda incorporarla a la alimentación cotidiana debido a la nobleza de su valor nutricional: “La papaya es un alimento rico en agua y bajo en calorías. Producto de su elevado porcentaje de agua, es un excelente diurético”, menciona. Se trata de una fruta que está disponible durante todo el año, y precisamente en la Argentina, su mayor centro de producción se da en el norte del país, sobre todo en las provincias de Salta y Jujuy, localidades que además de comercializarla en su formato original, son pioneras en la creación de conservas y mermeladas a base de papaya.
Potente antioxidante
La papaya es un alimento que a nivel nutricional, no le falta nada. Una de estas frutas de tamaño medio, indican desde Medical News Today, posee alrededor de 120 calorías, 30 gramos de carbohidratos, cinco gramos de fibra, 18 gramos de azúcar y dos gramos de proteínas. Además, hay que resaltar que “entre el 80% y 90% de su composición, es agua”, indica Analía Yamaguchi, médica clínica especialista en Nutrición del Hospital Italiano. Esta composición y en especial gracias a la presencia de la fibra y el agua, “se mejora la salud digestiva y se previene el estreñimiento”, comenta Antar.
Fuente de importantes vitaminas, dice Antar, la papaya posee la del complejo C que “ayuda a aumentar las defensas naturales del organismo; además favorece la producción de colágeno, activa la absorción del hierro y tiene un efecto antioxidante frente a los radicales libres”. Precisamente, destacan desde Medical News Today, una fruta mediana brinda el 224% de la ingesta diaria recomendada de esta vitamina.
La presencia de la vitamina A, colabora en mantener óptima la visión, el funcionamiento del corazón y mejora la salud y la resistencia de la piel. Aunque también es “excelente para la salud del cabello ya que produce sebo, necesario para mantenerlo hidratado”, informan desde Medical News Today. Por otro lado, gracias al aporte de vitamina E, un potente antioxidante, se evita que las células se inflamen y en consecuencia se las protege de los radicales libres, sustancias nocivas que pueden generar enfermedades crónicas.
Los minerales también son las estrellas en este alimento. Las especialistas consultadas indican que es rico en potasio, nutriente que se ocupa de nivelar el índice de sodio, mantener el ritmo cardíaco constante y el correcto funcionamiento del riñón. El magnesio también da el presente: regula y equilibra el correcto funcionamiento del sistema nervioso y colabora en la formación de proteínas.
La colina es otro de los componentes del mamón: “Un nutriente muy importante y versátil que ayuda a nuestro cuerpo a dormir, mover los músculos, aprender y memorizar”, informan desde Medical News Today. Pero no es todo: “También ayuda a mantener la estructura de las membranas celulares, transmitir los impulsos nerviosos, absorber la grasa y reducir la inflamación crónica”, agregan desde la entidad.
Diversos estudios, también han revelado que cuando se usa a la papaya de forma tópica, “parece ser beneficiosa para promover la cicatrización de heridas y prevenir la infección de las áreas con quemaduras. Los investigadores creen que las enzimas proteolíticas quimopapaína y la papaína en esta fruta, son responsables de dichos efectos”, especifican los especialistas del portal Medical News Today.
Consumo versátil
Al igual que un melón, la papaya se parte al medio, se le sacan las semillas -que de todas maneras son comestibles- y se come su pulpa interior: se la puede consumir sola en rodajas, en yogures con granola, en ensaladas incluso se pueden hacer batidos y conservas.
A la hora de elegir la mejor fruta, hay algunas pautas a tener en cuenta. Para saber si está lista para consumir, se la debe tantear, un truco es hundirle levemente el dedo: si se la siente suave aunque no del todo blanda, quiere decir que está lista. En caso de que aún este dura, “lo mejor es dejar que la papaya madure a temperatura ambiente. Pero si ya la compraste madura, se puede guardar en la heladera para conservarla durante cinco o seis días”, explica Antar y advierte que la forma ideal de aprovechar las propiedades de las frutas es consumiéndolas frescas. De todas maneras, quienes lo prefieran “también la pueden freezar o usar para preparaciones calientes agridulces, por ejemplo”.
Al respecto, Yamaguchi comenta que la papaya es muy utilizada para hacer mermeladas, aunque se debe procurar no agregarle azúcar de más “porque una persona con diabetes no la podrá consumir”.
Consultada acerca de quienes tienen que abstenerse a su consumo, Antar aclara que “según la evidencia científica, es posible que la papaya inmadura no sea segura de consumir en caso de estar embarazada o en período de lactancia”. Por otro lado, agrega que como funciona como un laxante natural, “en personas que tienen problemas de estreñimiento y predisposición a sufrir malestar gastrointestinal tales como hinchazón, dolor de estómago o diarrea, también podría provocar efectos adversos”.
Sumado a ello, desde Medical News Today mencionan que las personas con alergia al látex, proteínas que se encuentran en las plantas, “también pueden ser alérgicas a la papaya debido a posee un contenido de enzimas llamadas quitinasas que en ocasiones provocan una reacción cruzada entre el látex y los alimentos que lo contienen”.
Por último y tal como señala Yamaguchi, la papaya es una fruta noble, “que se recomienda sumar a la alimentación diaria para aumentar y variar la ingesta de nutrientes”. En relación a la cantidad estipulada de consumo, la especialista ahonda: “En vez de contar las calorías de los alimentos se deberían contar los nutrientes. Lo ideal, y si bien puede variar de acuerdo al peso, altura y requerimientos de cada persona, es comer tres frutas por día. De lo contario, cuando de manera repetida alguien se excede de esta cantidad, puede pasar que aquella cuarta fruta se transforme en azúcar y que a largo plazo genere diabetes o se transforme en colesterol”. Por este motivo, la médica insiste en estar atentos ya que si bien la papaya no posee índices de colesterol, cuando se la consume en exceso “la fructuosa se convierte en grasa y luego en colesterol”.
La papaya es una fruta más dentro de la vasta variedad de opciones. De sabor un tanto amargo, se impone como una alternativa para incorporar y sumar diversos nutrientes a la alimentación diaria. Aquellos puntillosos con cuidar su salud y quienes de a poco incursionan en este mundo, pueden aprovechar la versatilidad de esta fruta en su día a día.