Según estudios, alrededor de mil millones de personas en todo el mundo, entre los 30 y 69 años, sufren episodios de apnea del sueño, pero cuáles son sus síntomas y cómo se puede tratar.

La Apnea Obstructiva del Sueño (AOS) es una afección respiratoria que se da mientras estamos dormidos debido a un cierre temporalmente corto en las vías respiratorias, haciendo que el aire no llegue correctamente a los pulmones. Esta condición puede darse de manera repetitiva y cada pausa podría durar entre 10 a 30 segundos, aproximadamente. La apnea obstructiva del sueño produce alteraciones en el descanso y afecta la calidad de vida de la persona que la experimentan.

Entre las causas más comunes se encuentran:

La edad. Entre más adulto, el cuerpo y especialmente la zona del cuello pueden acumular más tejido adiposo. Esto aumenta el riesgo de obstrucción en las vías respiratorias y con él, el de experimentar episodios de apnea.
Los cambios hormonales: por ejemplo, las personas que experimentan alteraciones en la hormona tiroidea pueden ser más susceptibles a la apnea obstructiva del sueño.
El género: los hombres son más propensos a experimentar apnea del sueño que las mujeres.
El gran problema de esta enfermedad es por supuesto no descansar bien y no tener la suficiente energía para realizar las actividades del día. Además, la apnea obstructiva del sueño puede ser un desencadenante de la incontinencia urinaria nocturna debido a la presión aumentada sobre la vejiga en los episodios de apnea.

En estos casos, hay productos pensados para aliviar a las personas, por ejemplo, los TENA Pants Nocturnos que brindan protección, seguridad y confianza al momento de dormir para que no tengan que interrumpir el sueño.

Cuáles son los principales síntomas de la Apnea Obstructiva del Sueño

Sentir que te quedas sin respiración en medio del sueño.
Despertarte alterado o con sensación de asfixia.
Ronquidos muy fuertes, algunos incluso pueden despertarte.
Muy a menudo, sentís la boca demasiado seca o dolor de garganta a la mañana siguiente.
Dolores de cabeza cuando te levantás.
Aumento en la presión arterial.
Fatiga y somnolencia diurna.
Incontinencia urinaria.