En la última semana de septiembre, y en medio de un conflicto sindical con aeronáuticos, el Gobierno buscó sancionar por ley la posibilidad de privatizar Aerolíneas Argentinas. Forzó una convocatoria a la Comisión de Transporte en Diputados sin evaluación previa del escenario legislativo, que conoció en ese mismo momento: no cuenta con apoyos automáticos para vender la empresa. Entonces, se decidió por un nuevo decreto.
Las seis horas que se extendió el debate del 25 de septiembre, y la presencia de funcionarios de primera línea, como el secretario de Transporte Franco Mogetta y el vicejefe de Gabinete José Rolandi, explicitaron la urgencia del oficialismo, que dejó trascender que podía obtener un dictamen ese mismo día. Si no fue así fue porque a la esperable resistencia peronista se le sumó la falta de apoyo del radicalismo y de miembros de Encuentro Federal, bloques antes considerados dialoguistas que en las últimas sesiones se encontraron votando en contra de medidas del Gobierno nacional.
La ausencia en el debate de Fabián Lombardo, director de Aerolíneas Argentinas, fue uno de los motivos unánimes de críticas. Sin embargo, el funcionario dio una entrevista en donde remarcó que “existe una mejora prácticamente del 73% en el balance de la empresa” pero que “no es suficiente” y, dado que “la discusión paritaria está trabada de tal forma que no nos ayuda a que la compañía pueda seguir creciendo”, ” tenemos que buscar una alternativa”. La opción que encontraron en Casa Rosada fue el DNU 873/24, que declara “sujeta a privatización” a la compañía aérea de bandera.
La medida, que parece apresurar el proceso, abre una nueva sucesión de debates en otros espacios. En primer lugar, y a partir de una modificación que se realizó en la ley Bases, la privatización de la empresa debe ser evaluada -junto a un listado de otras ocho compañías estatales- en Comisión Bicameral Especial de Reforma del Estado y Seguimiento de las Privatizaciones. La particularidad es que aún no fue conformada, ni se saben quiénes la integrarán ni tampoco su composición, luego de la última alteración dentro de los bloques del Senado. Allí se replicarán las tres posturas que ya se escucharon en Diputados.