El partido entre San Martín de Tucumán y Deportivo Riestra en La Ciudadela, que dio inicio al reducido de la Primera Nacional, obliga a poner el foco en Diego Ceballos. Es que el árbitro del encuentro debió haber expulsado a Milton Céliz, de Riestra, luego de una violenta patada en la cabeza de Pio Bonacci en el primer tiempo. Previamente, los tucumanos protestaron por otra infracción de Céliz, en este caso más discutible, en la jugada que derivó en el 1-0.
Con el correr de los minutos, el clima del partido se fue poniendo cada vez más caliente, con cinco amonestados en el primer tiempo. La etapa inicial terminó con una discusión entre los futbolistas de ambos equipos que elevaba aún más la temperatura y que no se iba a calmar en el entretiempo.
Ganaba Riestra con gol de Lázaro Romero, aunque no había hecho grandes méritos para ponerse en ventaja, y para el complemento se refugió cerca de su arco, buscando cerrarle los espacios al Ciruja y apostando a aprovechar los espacios que quedaran para dañar de contraataque. Pero la atención, nuevamente, iba a quedar por fuera de lo futbolístico.
En el comienzo de esa segunda mitad, el juego estuvo detenido dos minutos luego de que los hinchas tucumanos le arrojaran proyectiles a Nicolás Dematei cuando iba a ejecutar un tiro de esquina, lo que le agregaba un nuevo condimento a un partido bien picante. Minutos más tarde, una nueva polémica: una sujeción de Dematei dentro del área a Bonacci, de esas que nunca se cobran, fue protestada por todo el estadio. ‘Siga, siga’, decía Ceballos.
Más allá de los errores arbitrales que claramente perjudicaron al local, San Martín no hizo mucho para llevarse la victoria, aunque Pablo Frontini intentó acomodar al equipo con los cambios. Dominó la posesión, pero le costaba ser claro y, a medida que avanzaba el reloj, crecía la desesperación, mal consejero en este tipo de situaciones.
Sobre el final, volvieron a cayeron proyectiles desde las tribunas y Ceballos amagó con suspenderlo, pero finalmente se pudo terminar de jugar. Y terminó 1-0.
El Santo Tucumano cayó en la trampa que muchas veces propone Riestra y no logró ese gol que lo clasificada. Así, Riestra avanza y espera rival.