La constante tensión del músculo o sus fibras suele provocar debilidad, dolor, o evita que se realicen movimientos con normalidad.
La contractura puede ocurrir a causa de:
Deshidratación.
Estiramientos o movimientos bruscos.
Estrés o ansiedad.
Frío.
Mala alimentación.
Malas posturas o posturas forzadas y repetitivas.
Sobreentrenamiento o sobreesfuerzo.
Traumatismos.
Aunque todos podemos sufrir contracturas esta afección es más común entre los deportistas, ya que se encuentran expuestos a un mayor nivel de impacto físico a diario, o en personas sedentarias, ya que su musculatura no está entrenada y le resulta más difícil desenvolverse correctamente frente a diferentes tipos de actividades o esfuerzos físicos.
Cómo aliviar el dolor causado por una contractura
Si sientes una contractura o molestia muscular puedes recurrir a los siguientes consejos para encontrar algo de alivio:
Automasajes
Con la yema de los dedos se puede realizar presión en la zona donde se encuentre la contractura. En sintonía con la respiración, la presión poco a poco puede ir aumentando hasta que se produzca un aumento de la irrigación sanguínea y el músculo se relaje.
Para masajear también se puede utilizar alguna crema o pomada antiinflamatoria. Así los dedos discurren o el producto penetra mejor la piel.
Colocar calor en la zona
Para relajar un músculo contraído se puede aplicar calor en la zona afectada durante 10 a 15 minutos, ya sea con una bolsa de agua caliente o un hot pack.
Importante: entre el hot pack o la bolsa de agua caliente y la piel se tiene que colocar una toalla para que esta no entre en contacto directo con el objeto caliente. De lo contrario, se puede producir quemaduras o irritación cutánea.
Elongaciones
Dependiendo la zona o el músculo contraído se pueden realizar movimientos para elongar. Por ejemplo, si tienes una contractura a nivel del lado derecho del cuello puedes llevarlo hacia la izquierda para estirar y aliviar la contracción.