Pensar en unas semanas de descanso aporta motivación y entusiasmo a lo largo del año. La idea de salir de la rutina, viajar a nuevos destinos, despierta una emoción única. Según expertos, las vacaciones son fundamentales, ya que el cerebro requiere periodos de descanso para funcionar.
El doctor Claudio G. Waisburg (MN 98128), médico y neurocientífico, director del Instituto SOMA y ex jefe de Neurología Infantojuvenil de INECO y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, explicó por qué el cerebro necesita vacaciones: “El estrés crónico puede afectar negativamente al cerebro, disminuyendo la concentración y la capacidad de tomar decisiones. Las vacaciones permiten desconectar de las rutinas diarias, lo que facilita la reducción de los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Además, experiencias nuevas y estimulantes pueden aumentar la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para formar y reorganizar conexiones sinápticas”.
En cuanto a la cantidad ideal de días de vacaciones, el doctor señaló que aunque sea un breve descanso puede ofrecer beneficios, “la evidencia sugiere que períodos de vacaciones de al menos dos a tres semanas son más efectivos para lograr una desconexión mental significativa y una mayor flexibilidad cognitiva. Un estudio realizado en 2016 encontró que, tras dos o tres semanas de vacaciones, los trabajadores mostraban una mayor flexibilidad cognitiva, lo que indica que este período es beneficioso para la mente”.
Otra investigación realizada por la Universidad Tampere de Finlandia estudió la cantidad perfecta de días que deben durar las vacaciones para que la persona no vuelva con la sensación de cansancio o que nunca se desconectó de sus obligaciones.
Según el estudio, que estaba centrado en vacaciones largas -desde los 15 hasta los 34 días, con una media de 23- se podría establecer que la cantidad ideal es la de 8 días. Si bien es cierto que los beneficios positivos se pueden experimentar desde el día uno, es a partir del octavo día cuando la persona comienza a olvidarse de las responsabilidades del trabajo y desaparece el estrés. Es en ese momento cuando se alcanza el pico máximo de bienestar.
¿Y qué ocurre cuando se toman menos días de vacaciones? Un estudio investigó si la salud y el bienestar de los empleados mejoran durante las vacaciones cortas (4-5 días) y llegaron a la conclusión de que duran poco tiempo sus beneficios. “En conclusión, las vacaciones cortas son una ‘cura’ eficaz, aunque no muy duradera, para mejorar la salud y el bienestar de los empleados”, dijeron los científicos.
Los mismos investigadores estudiaron si unas vacaciones de una semana con ejercicio regular mejoraban la sensación de bienestar. El estudio concluyó que brindaba ese beneficio, mejoraba la calidad del sueño y la variabilidad de la frecuencia cardíaca, una medida de la capacidad para responder adecuadamente al estrés.
En otra investigación observaron que asistir a spas y realizar tratamientos de salud y bienestar de una semana de duración en las vacaciones produjo mejoras importantes, que se mantuvieron durante las seis semanas posteriores.
Los beneficios para el cuerpo y la mente
La ciencia ha demostrado mediante múltiples estudios que el descanso es vital para la salud física y mental. Además, ciertas actividades pueden contribuir a regresar realmente renovados, siempre y cuando podamos desconectar.
Según una investigación, las personas con altos niveles de estrés laboral tienden a “llevarse en la maleta” estas preocupaciones durante sus vacaciones, lo que limita los efectos positivos de ese tiempo de descanso. En contraste, quienes presentan niveles bajos de estrés en el trabajo experimentan beneficios significativos en su salud mental durante las vacaciones. Entre estos beneficios se encuentran la reducción de la hostilidad, las emociones negativas y el estrés en general.
Más allá del descanso, las vacaciones brindan beneficios cognitivos. Un estudio de la Universidad de California encontró que las personas que trabajaban en oficinas y tomaban vacaciones tendían a ser más creativas y a encontrar soluciones innovadoras a los problemas.
Los estudios han demostrado incluso que los viajes de placer están asociados con una mejor memoria y cognición y pueden reducir el riesgo de desarrollar demencia. Otra investigación concluyó que los viajes de ocio están relacionados con la reducción de la soledad, la depresión y la mejora de la función cognitiva en las personas mayores.
Adam Galinsky, profesor de la Columbia Business School y autor de numerosos estudios sobre la conexión entre la creatividad y los viajes internacionales, estableció: “Las experiencias en el extranjero aumentan tanto la flexibilidad cognitiva como la profundidad y la integración del pensamiento”.