Guillermo Ernesto Gray, condenado en 2021 a diez años de prisión por haber abusado sexualmente de su nieto, identificado como B., fue detenido en las últimas horas e ingresado en el Complejo Penitenciario de Tucumán para cumplir con la pena impuesta. La medida, que se dio por efectiva cuatro años después de la sentencia, se concretó tras la orden emitida el 8 de marzo pasado.
Según el documento, Gray fue trasladado a la Unidad Nº6 del Servicio Penitenciario de Tucumán, donde fue alojado en el sector de aislamiento.
El abogado de B., Juan Pablo Gallego, expresó su alegría de ver al condenado preso: “Es una profunda satisfacción la detención de Guillermo Gray, el influyente ex funcionario de Alperovich, cuya condena obtuve en juicio oral en 2021″.
Hay que recordar que Gray era el director de Obras Públicas de Tafí del Valle, en Tucumán, bajo el gobierno de José Alperovich, hoy también condenado por el abuso sexual de su sobrina segunda a 16 años de prisión.
Gallego también denunció: “Hubo maniobras de la justicia tucumana que lo mantuvieron en libertad hasta hoy, pese a que en 2023 obtuve la confirmación de la condena en la Corte Suprema Nacional. Un gran paso en esto del arte de hacer justicia en defensa de los más débiles y contra el poder de toda una provincia”.
El caso
Gray, de 68 años, fue declarado culpable del delito de abuso sexual agravado por la convivencia y el parentesco tras un proceso judicial que concluyó en 2021 con una sentencia a diez años de prisión.
El padre de la víctima, nieto del condenado, denunció los ataques a su hijo ocurridos en el entorno familiar, lo que llevó al inicio de la causa penal. Durante el juicio, se determinó que Gray abusó del chico en reiteradas ocasiones, aprovechando la convivencia y el vínculo de confianza.
La sentencia fue apelada por la defensa, lo que permitió que el condenado permaneciera en libertad hasta que la Corte Suprema de Tucumán ratificó el fallo en agosto de 2024, más de tres años después de la condena inicial y luego de la intervención de Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El 27 de agosto pasado, cuando faltaba apenas un día para que una resolución que la Corte Suprema de Justicia de la Nación anulando lo actuado por sus pares de la provincia de Tucumán cumpliera un año, los tres magistrados que integran la Corte Suprema de Tucumán, Daniel Leiva (su presidente), Antonio D. Estofán y Daniel Oscar Posse, emitieron una resolución que echó por tierra el recurso de casación que Gray interpuso contra la sentencia. Era el último escollo que restaba para que regresara a la cárcel, pero no fue así.
“Cuando nos enteramos de la resolución de la Corte, mi hijo me abrazó y saltamos de alegría. Nosotros pensábamos que estaban cajoneando la decisión. Ahora solo queda que se cumpla la condena, que el abuelo de mi hijo vaya preso por ser su abusador y quede en prisión los 10 años a los que fue sentenciado…”. Esas fueron las palabras de Nicholas, el papá de B. tras una fallo que fue clave para que ahora se concretara el arresto. Debieron esperar siete meses más para verlo tras las rejas.
Es que la denuncia contra Gray, vale aclarar, fue radicada el 14 de abril de 2014. Pero Nicholas no olvida: “No puede ser que la justicia de Tucumán haya demorado más 10 años para aceptar que las palabras de mi hijo eran la verdad. Ya es otra persona él”.
Historial de abusos
Los hechos denunciados por el padre de B. sucedieron en Tafí del Valle entre abril de 2013 y abril de 2014. El padre notó marcas de golpes en su hijo cada vez que regresaba de la casa del abuelo. Por increíble que parezca, la madre de B. estuvo todo el proceso a favor de su padre, Gray, y participó en forma activa de su defensa.
Las pruebas contra Gray fueron numerosas. Además de los signos compatibles con abusos que verificaron el Hospital de Niños de Tucumán, los médicos forenses de la Policía en abril de 2014 y una pericia médico-legal a cargo del perito Pascual Rousse que comprobó las lesiones en las partes íntimas.
El propio B., un niño, se defendió como pudo. En un audio que se conoció en 2017 -cuando tenía 7 años-, pidió que no lo vincularan más con su abuelo: “Ayer por la noche me enteré de que la jueza ordenó que vuelva a Tucumán por una visita. No, no quiero eso. (…) Memo es una persona muy mala. Me hacía cosas muy malas. Me retaba, me metía el dedo en la cola, me apretaba el brazo, me ponía de plantón, espantoso. Por eso me quiero quedar a vivir con mi papá”.
En estos 10 años que pasó con temor de encontrarse cara a cara con su abuelo en la calle, el Poder Judicial no lo ayudó. Fue citado 37 veces a declarar. El abogado Gallego fue contundente: “Lo revictimizaron incansablemente”.
El propio B. envió una carta escrita de puño y letra en la que expresó su molestia: “Me enojó bastante que me sigan llamando después de que ya me hayan llamado miles de veces y cada vez que voy ni siquiera me escuchan o no les importa mi opinión. Yo ya dije mil veces lo que me hizo mi ex abuelo”.
Ahora, se terminó el calvario.