Hoy martes, 19 de noviembre, se conmemora el Día Internacional de la Prevención del Abuso Sexual Infantil, cuyo fin es visibilizar la problemática que perjudica a niños en todo el mundo, e insistir en dar batalla para combatirla. Es por esto que, en esta oportunidad, la Asociación Argentina de Prevención del Maltrato Infanto-Juvenil (ASAPMI) exigió implementar diversas medidas que colaboren en esta lucha para defender a niños y adolescentes y protegerlos.

“El abuso sexual infantojuvenil es una peligrosa y angustiante realidad que atraviesa a todas las ideologías. Las políticas públicas deben promover acciones para erradicar el abuso sexual y todo tipo de maltrato en NNA (niños, niñas y adolescentes); acompañar y promover recursos para la reparación de las víctimas y sus familias protectoras, como así también a los que cuidan, como profesionales y operadores, justamente contra ideologías que buscan desconocer, minimizar, intelectualizar e invisibilizar el abuso sexual protegiendo la delincuencia aberrante hacia los NNA de nuestro país”, manifestaron a través de un comunicado.

Y continuaron: “Por eso, para la prevención del abuso sexual en niños y adolescentes, y con el objetivo de visibilizar la problemática, implicando el compromiso del Estado, organizaciones civiles y de la sociedad en conjunto, reclamamos que las políticas públicas y otras acciones se adecuen no solo a la prevención, sino también a la detección y la atención interdisciplinaria de los niños y sus familias protectoras”.

En este sentido, desde ASAPMI solicitaron que se lleven a cabo las siguientes acciones:

la urgente implementación de la Ley Lucio
el tratamiento de los anteproyectos de ley de ‘Protección de Profesionales y Operadores que trabajan en Violencia Familiar’ y ‘Modificación del Código Penal conforme el Interés Superior del Niño’
el cumplimiento de la ley 26.061, en relación a las asignaciones presupuestarias para la infancia.

Asimismo, la asociación subrayó la importancia de recordar “el compromiso asumido ante la Convención de los Derechos de los Niños (1989), que en su art. 19, reza: ‘Todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su condición de menor requiere por parte de su familia, de la sociedad y del Estado’, otorgándole nuestro país rango constitucional en el año 1994″.

En el documento, también hicieron un repaso sobre los diferentes trabajos pioneros relacionados con la problemática, que ya existía desde hace años atrás. “En el Siglo XIX, Lacassagne, profesor de medicina legal en Lyon y fundador de los archivos de Antropología Criminal y de Ciencias Penales, había hecho de la denuncia del ataque sexual a las niñas una verdadera cruzada. También Paul Bernard, autor del ‘Atentado contra el pudor de las niñas’, resaltaba la enorme incidencia del incesto. Además, Jean Etienne Esquirol, en 1821, dio a conocer el caso de una niña de 16 años que fue víctima de incesto paterno. Esta situación, le habría producido a la menor un colapso nervioso con repetidas tentativas de suicidio”, describieron.

“Auguste Tardieu, en 1857, publicó una obra que supone ser el primer libro sobre maltrato y violencia sexual contra niños y adolescentes, titulado ‘Estudio médico legal sobre los atentados contra las costumbres’. También Sandor Ferenczi, en 1932, durante la celebración del XII Congreso Internacional de Psicoanálisis en Wiesbaden, presentó el célebre trabajo, conocido actualmente como ‘Confusión de lenguas entre los adultos y el niño. El lenguaje de la ternura y de la pasión’. Todos ellos, junto a muchos otros, fueron acallados, invisibilizados por los efectos del backlash”, remarcaron.

A partir de entonces, se desarrollaron numerosas investigaciones y estudios, y se contó con la experiencia extraída de profesionales de distintas disciplinas y de instituciones. Así, hasta 2024, se sumaron otros episodios. “Denuncias de abusos sexuales intrafamiliares; de abusos cometidos en ámbitos de instituciones religiosas, educativas y deportivas”, y también, según indicó el ASAPMI, aquellos que “van de la mano de los avances de la tecnología”.

En esta misma línea, profundizaron: “La aparición de Internet contribuyó exponencialmente, como el abuso sexual contra la infancia y la adolescencia por medio de imágenes, como también del grooming; sin agotar las victimizaciones que permiten las Tecnologías de la Información y la Comunicación (Tics). Ciertamente, las dificultades diagnósticas -aún en los casos en donde existe signo-sintomatología física- lleva a una discusión no saldada respecto a la formación, capacitación y entrenamiento, sean o no del ámbito forense, como así también los referidos a aquellos que puedan ocuparse adecuadamente de los tratamientos psicosociales de los NNA, incluyendo a sus familiares e incluso a los/as adultos/as sobrevivientes”.

Es por esto que desde la asociación, con el fin de renovar su compromiso ético de “redoblar los esfuerzos en defensa de las infancias y las adolescencias”, señalaron estar dispuestos a “afrontar los debates y las discusiones que los tiempos actuales imponen”.