En las últimas semanas los vecinos de Barrio Sur de la Capital tucumana, comenzaron a notar la presencia de delincuentes que encontraron una nuevo elemento valioso para sumar a sus objetivos: las piezas de bronce de los porteros eléctricos.
En siete días dos edificios sufrieron el robo de esos comunicadores aprovechando la ausencia de los porteros y de los vecinos que duermen o están la mayor parte del tiempo fuera de sus departamentos.
En calle General Paz al 1.000 en la última semana los vecinos denunciaron que en dos inmuebles fueron “arrancados” los porteros en horas de la siesta y de acuerdo a las averiguaciones que hicieron, al parecer se trataría de una banda que provoca tamaño daño con el propósito de hacerse del bronce que luego lo reducen en el mercado negro.
Junto a las piezas como el cobre y el bronce de los medidores de gas natural de la red domiciliaria, ahora los cacos encontraron en los porteros eléctricos otra forma de hacer de dinero fácil.
El robo de objetos metálicos en la ciudad tiene muchas consecuencias. Y la modalidad se incrementó impulsada por la crisis económica y por la necesidad de algunas personas en situación de vulnerabilidad que buscan el metal para obtener unos pesos para subsistir.
Pero el saqueo de cables y objetos metálicos, sobre todo de bronce existe porque hay negocios que los compran a pesar de conocer su procedencia, producto del delito.