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20/08/2022

Hipertensión: 8 mitos sobre la presión arterial alta

Hipertensión: 8 mitos sobre la presión arterial alta
La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de los vasos sanguíneos o las arterias.

Cuando es muy elevada se considera hipertensión, una afección que actualmente padecen alrededor de 1.130 millones de personas en todo el mundo. A pesar de su gran incidencia, es un problema de salud que se suele malinterpretar, lo que dificulta su detección, control y tratamiento. Aquí repasamos los principales mitos a su alrededor.

Mito 1: La hipertensión no es grave
Esto no es cierto, sino se trata, la hipertensión arterial puede aumentar el riesgo de diferentes problemas de salud, como accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos, disfunción eréctil, enfermedad renal, insuficiencia cardíaca, o pérdida de visión.

Esto se debe a que con el tiempo el incremento de la presión arterial puede hacer que los vasos sanguíneos se vuelvan menos elásticos, reduciendo la cantidad de sangre y oxígeno que llegan al corazón. También puede afectar a los vasos sanguíneos cerebrales, aumentando el riesgo de que se bloqueen o rompan.

Mito 2: La hipertensión se puede detectar por sus síntomas
A la hipertensión se la suele llamar el “asesino silencioso”, debido a que no hay signos o síntomas que indiquen su presencia. La única forma de detectarla es controlando los niveles de presión arterial, que pueden medirse en milímetros de mercurio (mmHg) teniendo en cuenta la actividad del corazón: presión sistólica (bombeo) y diastólica (reposo).

¿Cuál es más importante, la presión alta o la baja?

Se consideran niveles normales cuando la presión sistólica está por debajo de los 130 mmHg y la presión diastólica por debajo de los 85 mmHg. Si el tensiómetro indica que las medidas anteriores se superan de manera constante, se puede haber desarrollado hipertensión.

Mito 3: La hipertensión es hereditaria
Existe evidencia científica que señala que la hipertensión tiene un componente genético, sin embargo, esto no significa que es una afección inevitable para aquellos que pueden ser genéticamente susceptibles a ella.

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