Olympique Lyon, uno de los clubes más históricos del fútbol francés y actual equipo de Nicolás Tagliafico, recibió una noticia que sacude al deporte europeo: descenderá a la Ligue 2 al final de la temporada por problemas financieros. Así lo informó la Dirección Nacional de Control y Gestión (DNCG), aunque la medida es cautelar y podría revertirse si el club logra estabilizar sus cuentas antes del cierre del calendario.
El organismo, dependiente de la Ligue de Football Professionnel (LFP), emitió un comunicado donde anunció “restricción de la masa salarial y prohibición de contratación” junto con el descenso provisional. Para evitar esta sanción, el Lyon deberá reducir su deuda, que asciende a 505 millones de euros según el diario L’Équipe, y generar ingresos por al menos 100 millones de euros antes de que finalice la temporada.
Una gestión bajo la lupa y un futuro incierto
El presidente del club, John Textor, defendió la viabilidad financiera del Lyon y anunció que ofrecerá una conferencia para mostrar los documentos presentados a la DNCG. Sin embargo, sus declaraciones previas al dictamen, en las que mencionó “enemigos dentro de la liga” y apuntó implícitamente al PSG, no lograron calmar la incertidumbre.
Además del Lyon, otros clubes franceses, como el Le Havre y el Martigues, también fueron sancionados por problemas financieros, aunque con medidas menos severas.
El impacto deportivo
A pesar de sus dificultades institucionales, el Lyon ocupa la quinta posición en la Ligue 1 con 18 puntos, a 11 del líder PSG. En la UEFA Europa League, el equipo mantiene un desempeño sólido que lo posiciona cerca de la clasificación a la siguiente fase. Sin embargo, el futuro competitivo del club queda en duda si no logra revertir esta situación.
Un gigante en peligro
El Olympique Lyon fue el dominador del fútbol francés entre 2001 y 2008, ganando siete títulos consecutivos en la Ligue 1. También cuenta con cinco Copas de Francia y dos semifinales de Champions League en su palmarés (2010 y 2020). No obstante, en los últimos años, la acumulación de gastos insostenibles, incluida una inversión de 130 millones de euros en fichajes recientes, agravó una crisis financiera que ahora amenaza con llevarlo a la segunda categoría.
El club tiene hasta el final de la temporada para encontrar soluciones, pero la sombra del descenso marca un capítulo crítico en la historia de uno de los equipos más laureados de Francia.