Luego de años de especulaciones y teorías, la NASA ha confirmado un hallazgo trascendental: un nuevo planeta dentro del Sistema Solar. Este descubrimiento, liderado por el investigador Konstantin Batygin del Instituto de Tecnología de California, marca un antes y un después en la manera en que entendemos nuestro entorno galáctico.
Este planeta, que se encuentra más allá de la órbita de Neptuno, no es un retorno de Plutón a la categoría de planeta, sino un cuerpo completamente nuevo y masivo que ha desconcertado a los expertos. Con entre cinco y diez veces la masa de la Tierra, su existencia fue sugerida al analizar el comportamiento de los objetos transneptunianos (TNOs), cuyo movimiento parece estar influenciado por su campo gravitacional.
La NASA y la confirmación de un nuevo planeta en el Sistema Solar
Los indicios de este noveno planeta se han buscado durante más de un siglo. Sin embargo, recién ahora el equipo de Batygin ha proporcionado pruebas sólidas que refuerzan su existencia. Utilizando datos de los TNOs, cuerpos helados que orbitan en las regiones más remotas del Sistema Solar, los científicos han identificado patrones de movimiento que no podrían explicarse sin la presencia de este planeta.
A pesar de las evidencias, el descubrimiento enfrenta desafíos importantes. Debido a su lejanía y la escasa luz solar que refleja, este nuevo planeta resulta prácticamente invisible para los telescopios actuales. Por ello, la NASA planea construir un telescopio de última generación, diseñado específicamente para rastrear y mapear los cielos con mayor precisión, con el objetivo de confirmar la existencia de este misterioso cuerpo celeste.
Los requisitos que debe tener un objeto desconocido para considerarse planeta
No todo cuerpo celeste puede ser clasificado como planeta. Según las directrices de la NASA, un planeta debe cumplir con ciertos requisitos fundamentales:
Órbita despejada: el objeto debe dominar su órbita y no compartirla con otros cuerpos.
Masa significativa: debe ser lo suficientemente masivo como para superar la influencia gravitacional de otros objetos cercanos.
Un ejemplo conocido es Plutón, que en 2006 fue reclasificado como planeta enano por no cumplir con estas características, al compartir su órbita con otros cuerpos en el cinturón de Kuiper.
El hallazgo de este nuevo planeta no solo amplía los horizontes de la astronomía, sino que también redefine nuestra comprensión del universo. Confirmar su existencia sería un paso clave para explorar los secretos de nuestro Sistema Solar y más allá.