Pero esta vez no fue igual,aunque suene parecido.
Los Pumas, producto de una buena disciplina acorralaron a los galeses con penales convertidos todos por Bofelli, que nos pusieron ahi nomas de alcanzarlos.
El empuje de los Pumas hizo que se jugara n el segundo tiempo en campo gales, y asi llego despues de varios intentos el try de Sclave, convertido por Bofelli.
Pero despues, parecia que iba a a pasar igual que con Japon, que tras un acierto nuestro la reaccion nipona hacia que todo volviera a estar igual
Los Pumas absorbieron el golpe y, ante 62.576 personas, esta vez el que se equivocó fue Rees-Zammit, que mandó la pelota directamente por línea de fondo y Argentina tuvo un scrum a los 61′. Costó, pero había que salir de la zona con puntos. Hasta que llego el penal, desde una posición esquinada, y se fue al line. Con otro penal, lo mismo, y otro. Seis minutos después de aquella infracción menos del wing, el Toro Joel Sclavi (había ingresado con Agustín Creevy), tras el maul, apoyó su try. Lo último de Boffelli fue meter el gol para el 19-17: entró Nico Sánchez.
Lo que siguió fueron imprecisiones y nervios puros, pero más del lado de Gales, como el scrum a favor que tuvo Gales en mitad de cancha a los 76′. “Oh Argentina vamos, ponga huevo…” retumbaba el Velodrome. Qué cerca…
¡Y más todavía! ¿De dónde salió Sánchez? El Cachorro interceptó un pase y se fue solito hacia el ingoal galés, increíble, de dónde… Su conversión dejaba el 26-17 y Gales ahora tenía que marcar dos veces.
Si algo le faltaba a Sánchez, era meter un nuevo penal, el de los 80′ para cerrar la persiana. Y abrirla para las semifinales…