Afortunadamente su fecha de nacimiento no determina sus supuestos beneficios, pero sí que tiene mucha historia qué contar a través de su sabor peculiar.

Por supuesto que, para poder hablar con propiedad de este punto, lo probé y es definitivamente cierto que no hay nada con lo que lo pueda comparar. Es dulce, pero también agrio -¿o ácido?- por lo fermentado, pero esto no esconde un sabor de base proveniente del té. Además, es un tanto efervescente, lo cual es raro, pero no desagradable.

Es lógico que ante esta variedad de sabores, nos preguntemos de qué está hecha esta bebida. Según refiere la Clínica Mayo, el té de kombucha se prepara con té -que puede ser negro, verde, entre otros-, azúcar, bacterias y levaduras. “Para hacer la bebida, primero, las bacterias y la levadura deben crecer juntas para formar un cultivo. Ese cultivo se agrega al azúcar y al té. Luego, se deja fermentar la mezcla. El resultado final es un líquido que tiene vinagre, vitaminas del grupo B y muchos otros tipos de ácidos, incluidos los aminoácidos”.

Sin embargo, más que sus sabores, que pueden variar según su preparación y si tiene o no frutas y esencias, son sus propiedades las que llaman la atención, si realmente están comprobadas y si tiene riesgos y contraindicaciones, porque se ha convertido en un producto masivo con popular, con un mercado global de casi 1700 millones de dólares en 2019 y un crecimiento anual previsto del 20%, según una investigación reciente de Frontiers in Nutrition.

No son pocos los famosos que han manifestado su gusto por esta bebida. Bella Hadid, quien la pone en su top 4 de alimentos preferidos; Lady Gaga, Tamara Falcó y la Reina Letizia quien frecuentemente aparece en medios asociada a los beneficios que disfruta de este té. Pero además, históricamente se sugerido que también contribuye en la prevención de enfermedades cardiovasculares, de riesgo de cáncer, de infecciones bacterianas y virales, entre otras, pero aún no existen pruebas contundentes de ello.

Aunque no hay un gran respaldo científico acerca de las promesas de la kombucha sí hay algunas investigaciones que han arrojado resultados interesantes. La investigación mencionada de Frontiers in Nutrition arrojó que la kombucha, rica en bacterias del ácido láctico, bacterias del ácido acético y levaduras, se asoció con niveles reducidos de glucosa en sangre en humanos con diabetes, aunque sí recomienda desarrollar más estudios al respecto con muestras mayores.

Por otra parte, según una investigación publicada en Food Research International, aunque no hay suficientes estudios que comprueben todos los beneficios milagrosos de la bebida, sus bondades sí se relacionan con la microbiota intestinal, la cual se ve puede ver nutrida por los probióticos que contiene este producto. De los probióticos sí se han demostrado beneficios sobre la salud intestinal y el equilibrio del metabolismo, con lo cual se espera que el campo de investigación para este alimento siga abriéndose y arrojando buenas noticias.

¡Cuidado! no todo lo natural es inocuo
En el portal de Clínica Mayo se destaca que, si bien son muchos los beneficios que se le adjudican a esta bebida, no están respaldados científicamente, mientras que sí hay registro de efectos contrarios como malestar estomacal, infecciones y reacciones alérgicas, además de que si no conocemos con certeza de dónde viene, debemos tomar en cuenta que se suele preparar en lugares donde las condiciones pueden ser poco higiénicas, lo que aumenta las posibilidades de que así como crecen buenas bacterias, también se reproduzcan perjudiciales.

Además, aunque se pueda asociar con la regulación de la glucosa en sangre, debemos recordar que muchos de estos brebajes contienen azúcar añadida y es justamente lo que no deberíamos consumir en exceso. El asunto es que para que las bacterias vivas que se agregan en su preparación hagan su trabajo y fermenten, deben alimentarse, y lo hacen del azúcar que se le añade a la bebida, pero además, para mejorar su sabor, es posible que también se le incorporen endulzantes que, a la larga no nos van a beneficiar demasiado.

Otro punto a tomar en cuenta es que esta bebida contiene ácidos y taninos lo que puede afectar el esmalte dental causando manchas, o sensibilizándolos, aunque quizás no como lo haría el refresco o el jugo de naranja.

Es importante que mujeres embarazadas, en período de lactancia, así como personas con el sistema inmune comprometido, y quienes tengan problemas hepáticos eviten tomar kombucha y, necesariamente, hay que insistir a todo el que lo consume porque le gusta, que lo haga siempre y cuando estén seguro de su procedencia.