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Salud
20/07/2024

Team mañaneros vs. team noctámbulos: mitos y verdades sobre dos estilos de vida bien diferentes

Team mañaneros vs. team noctámbulos: mitos y verdades sobre dos estilos de vida bien diferentes
Las personas que son más activas por la tarde y no tienen prisa por irse a la cama temprano tienen beneficios cognitivos, según nuevos estudios.

Una investigación que analizó el efecto del sueño en el rendimiento cerebral encontró una relación entre la preferencia de una persona por la actividad matutina o vespertina y su función cerebral, sugiriendo que los que se consideran ‘búhos’ o noctámbulos son más propensos a tener puntuaciones cognitivas más elevadas que los que prefieren acostarse temprano y madrugar (lo que se conoce como ‘alondra matutina’).

Para llegar a esta conclusión, investigadores del Imperial College de Londres analizaron datos de 26.820 personas de entre 53 y 86 años recopilados en la base de datos del Biobanco del Reino Unido para averiguar cómo diferentes aspectos del sueño (incluido su duración, calidad y cronotipo) afectaban a la agudeza mental y la capacidad cognitiva general. Estas personas habían completado una serie de pruebas cognitivas e informaban de si se describían a sí mismas como “personas matutinas” o “personas nocturnas” en función de a qué hora del día se sentían más alertas y productivas.

Los resultados del estudio se publicaron en BMJ Public Health y mostraron que dormir entre siete y nueve horas por noche era óptimo para la función cerebral, ya que estimulaba funciones cognitivas como la memoria, el razonamiento y la velocidad de procesamiento de la información. Por el contrario, dormir menos de siete horas o más de nueve horas, tenía un efecto claramente perjudicial sobre la función cerebral. Además, el cronotipo de una persona (su preferencia por la actividad nocturna o matutina) también influyó en las puntuaciones de las pruebas.

Los búhos, o adultos que son naturalmente más activos por la noche, obtuvieron mejores resultados en las pruebas en comparación con aquellos que estaban orientados a la mañana. Las alondras mostraron consistentemente marcas cognitivas más bajas en ambos grupos analizados, con puntuaciones que mejoraron para los tipos “intermedios” (aquellos que expresaron una leve preferencia por el día o la noche) y alcanzaron niveles más altos para los tipos nocturnos.

Los tipos nocturnos o búhos obtuvieron una puntuación aproximadamente un 13,5% más alta que los tipos matutinos en un grupo y un 7,5% más que los tipos matutinos en otro grupo. Los que dormían a nivel intermedio (una combinación de ambos) también obtuvieron mejores resultados. Estas diferencias fueron relevantes, lo que significa que es muy poco probable que se deban al azar.

El análisis se ajustó teniendo en cuenta otros factores de salud y estilo de vida, como la edad, el sexo, el consumo de tabaco y alcohol y la presencia de enfermedades crónicas como diabetes o patologías cardíacas. Las personas más jóvenes y aquellas sin enfermedades crónicas generalmente obtuvieron puntuaciones más altas en las pruebas cognitivas, mientras que las opciones de estilo de vida más saludables generalmente se asociaron con un mejor rendimiento cognitivo.
“Nuestro estudio encontró que los adultos que son naturalmente más activos por la noche (lo que llamamos ‘vespertino’) tendían a obtener mejores resultados en las pruebas cognitivas que aquellos que son ‘personas mañaneras’. En lugar de ser simplemente preferencias personales, estos cronotipos podrían afectar nuestra función cognitiva”, declaró la autora principal del estudio, la Dra. Raha West, del Departamento de Cirugía y Cáncer del Imperial College de Londres.

West explicó que “es importante tener en cuenta que esto no significa que todas las personas matutinas tengan un peor rendimiento cognitivo y que los hallazgos reflejan una tendencia general que podría inclinarse hacia una mejor cognición en las personas nocturnas”.

Según la experta, aunque “es posible cambiar tus hábitos naturales de sueño ajustando gradualmente tu hora de acostarte, aumentando la exposición a la luz nocturna y manteniendo un horario de sueño constante, cambiar completamente de ser una persona matutina a una vespertina es complejo”. Y destaca que, “si bien es esencial comprender y trabajar con tus tendencias naturales de sueño, es igualmente importante recordar que dormir lo necesario, ni poco, ni demasiado, es crucial para mantener el cerebro sano y funcionando de la mejor manera”.

Los investigadores también descubrieron que, si bien la duración del sueño era vital, las personas que refirieron padecer insomnio no obtuvieron puntuaciones significativamente más bajas en el rendimiento cognitivo en sus cohortes, lo que puede indicar que es necesario considerar los aspectos específicos del insomnio, como su gravedad y la duración en el tiempo.

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