No hay nada más lindo que llegar a casa después de un día largo de trabajo y sentir que entrás, por fin, a tu refugio. Que no sólo te da calma cómo está decorado el ambiente, sino que también te gusta cómo huele.
Y es que el aroma de un hogar es el toque final de la decoración. Así como los colores transmiten sensaciones y emociones, lo mismo pasa con las fragancias, que te pueden ayudar a relajarte o a energizarte; y es clave elegir alguna con la que te sientas a gusto.
Pero antes de perfumar, los ambientes deben estar limpios y aireados. Por eso, un buen hábito es abrir todas las ventanas de la casa por la mañana, por lo menos durante 15 minutos, para que las habitaciones se ventilen (si se genera ventilación cruzada, mejor).
Ahora sí, te compartimos algunas ideas inspiradoras para que llenes de perfume los espacios.
Uno de los recursos más queridos son las velas aromáticas, que además de perfumar brindan calidez con su luz tenue. Un tip para tener en cuenta es que, si las vas a usar porque vienen invitados o para darte un baño de inmersión, las prendas media hora antes para que vayan desprendiendo su fragancia.
Otra buena idea son los ambientadores o los difusores de aceites esenciales (tradicionales, en seco o por ultrasonido), que permiten perfumar las habitaciones de manera constante y suave. Y para salir de un apuro, siempre podés usar un spray.
Por otra parte, las flores son una forma eficaz y hermosa de aromatizar ambientes. Podés elegir entre flores frescas (gardenias, jazmines o rosas), que duran menos pero son más atractivas y naturales, o flores secas, que podés conservar por más tiempo y perfumar con gotas de aceites esenciales.
Ahora, si la idea es neutralizar malos olores, hay varios trucos caseros que podés probar, como aplicar bicarbonato a las alfombras y aspirar luego de 24 horas, limpiar las cortinas con vapor y dejar en el horno o en el microondas un recipiente con agua caliente y cáscara de limón.